miércoles, 15 de enero de 2014

Emily Dickinson.


    Aquí os dejo un bello y esperanzador de algún modo, poema a la libertad.




      Ningún cepo puede torturar
      Mi alma en libertad,
      Pues detrás de este esqueleto mortal
      Se teje uno de más valor.
      No puedes horadar con un serrucho
      Ni traspasar con una cimitarra
      Dos cuerpos, por lo tanto perdura,
      Amarra uno y el otro vuela libre.
      El águila no se despoja
      De su nido y, sin embargo,
      Gana el cielo
      Más fácilmente que tú.
      Excepto tú mismo tal vez nadie pueda ser
      Tu enemigo,
      Cautividad es conciencia
      Y también es libertad.

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